Palo Alto Networks proyecta que 2026 marcará el inicio del “Año del Defensor”, una etapa donde la defensa autónoma basada en inteligencia artificial será indispensable para enfrentar un panorama de amenazas más complejo y automatizado. El incremento de ataques basados en identidad, la proliferación de deepfakes ejecutivos y el uso extendido de automatización ofensiva superarán la capacidad humana de respuesta, impulsando la adopción de arquitecturas de seguridad guiadas por IA.
La expansión de agentes autónomos de IA añade una nueva capa de riesgo dentro de las organizaciones. Dotados de privilegios amplios y acceso continuo a sistemas críticos, estos agentes se convierten en objetivos de alto valor para actores maliciosos que buscan obtener control operativo a escala. Este escenario obliga a implementar controles de gobernanza y monitoreo diseñados específicamente para la gestión segura de sistemas autónomos.
El envenenamiento de datos se posiciona como uno de los frentes emergentes más relevantes. La manipulación silenciosa de los conjuntos de entrenamiento puede alterar el comportamiento de los modelos, generar sesgos operativos o permitir que un atacante influya directamente en la toma de decisiones automatizada. La integridad de los datos, junto con auditorías continuas, se convierte en un componente esencial de la seguridad moderna.
La falta de madurez de las estrategias de seguridad para IA es otro punto crítico: apenas 6% de las organizaciones cuenta con un plan avanzado para gestionar estos riesgos. Esta brecha abre la puerta a una nueva responsabilidad ejecutiva, donde los directivos podrían enfrentar consecuencias legales por incidentes derivados de modelos de IA inseguros o mal gestionados.
La amenaza cuántica acelera la urgencia de adoptar criptografía post-cuántica. Tanto gobiernos como empresas deberán modernizar de forma anticipada sus infraestructuras para evitar vulnerabilidades retroactivas derivadas de futuros avances en computación cuántica.
El navegador corporativo, impulsado por el crecimiento del tráfico generado por IA, se perfila como una nueva superficie de ataque. La interacción directa entre usuarios, modelos generativos y servicios web exige marcos de seguridad nativos en la nube capaces de aplicar principios de zero trust directamente en el punto de uso.
Para distribuidores y mayoristas como Daisytek, estas tendencias permiten anticipar la evolución del mercado hacia soluciones de IA segura, firewalls inteligentes, gobernanza de agentes autónomos y arquitecturas de protección de datos diseñadas específicamente para entornos nativos de IA. Este conocimiento refuerza la capacidad de acompañar a los clientes en la transición hacia modelos de seguridad más maduros y automatizados.