La ciberseguridad dejó de ser un soporte técnico para convertirse en un componente crítico de operación en México. El país se ubica entre los territorios con mayor volumen de ciberataques en América Latina, afectando sectores estratégicos como banca, gobierno, salud y comercio electrónico.
En entornos donde la continuidad del negocio depende de plataformas digitales, la protección de datos y la resiliencia de infraestructura se vuelven elementos centrales del ecosistema tecnológico.
El aumento sostenido de incidentes ocurre en paralelo a una brecha considerable de talento especializado. La demanda por perfiles con certificaciones internacionales —como CISSP, CEH o CompTIA Security+— crece más rápido que la capacidad local para formarlos.
Esta asimetría obliga a las empresas a buscar aliados tecnológicos confiables que ofrezcan capacidades avanzadas de diagnóstico, integración y soporte.
Un análisis reciente de TripleTen señala que México aún carece de una ley nacional integral de ciberseguridad, lo que obliga a compañías de todos los tamaños a apoyarse en marcos internacionales, modelos de zero trust y políticas internas más estrictas para mitigar riesgos.
En ausencia de lineamientos uniformes, la adopción de estándares globales se convierte en un mecanismo de protección y cumplimiento.
La aceleración de la inteligencia artificial también redefine el panorama: tanto las amenazas como las defensas evolucionan a mayor velocidad. Las organizaciones requieren herramientas capaces de detectar anomalías en tiempo real, correlacionar actividad sospechosa y monitorear entornos multicloud con precisión. La protección ya no puede basarse únicamente en perímetros; demanda visibilidad integral, control de identidad y análisis continuo.
En el caso de PyMEs, distribuidores y empresas que participan en cadenas de suministro digitales, la ciberseguridad transita de ser un gasto reactivo a transformarse en un diferenciador competitivo. La capacidad de cumplir con requisitos corporativos, procesar datos de forma segura o integrar sistemas externos depende de la solidez de su infraestructura.
En este contexto, mayoristas tecnológicos como Daisytek desempeñamos un rol fundamental al acercar soluciones certificadas, acompañamiento especializado y plataformas escalables según el nivel de madurez digital de cada cliente. Este tipo de soporte permite que organizaciones de todos los tamaños adopten prácticas de ciberseguridad alineadas con estándares globales y con la complejidad creciente del entorno digital mexicano.